Último día de clase. ¡Por fin! No puedo creerlo, aunque tengo la sensación de que el instituto demasiado deprisa. ¡Qué bien! Ahora tengo todo el verano para salir y sobre todo para disfrutar leyendo. Hace mucha calor. Menos mal que ya estoy llegando a casa. Mamá tiene que estar ya con la comida en la mesa. Después llamaré a Mónica para quedar esta noche. ¡Ay que bien está la puerta del portal abierta!
-¡Hola!
-¡Hola!-Contesta un chico con el pelo claro, ojos azules y un cuerpo que quita el sentido.
No puedo creerlo, ¡esto si que es suerte! ¡El vecino guapo! Pero anda que hay que ver que pintas traigo... Es mas guapo todavía de lo que recordaba.
-¿Subes?-Pregunta con una sonrisa.
"No voy por las escaleras"¿Te imaginas que le digo eso? Casi que no le dejo tiempo a terminar.
-¡Sí!-Quizás he tenido demasiado entusiasmo, pero me da igual.
-¿A cual vas?
-Al segundo. ¿Tú?-Vaya pregunta estúpida.
-Al tercero.
-Vale.-¡Seré idiota!Pero bueno ya se que vive en el tercero. Algo es algo. Ay madre, esto va muy lento...
-¿Qué pasa?-Pregunto yo.
-Creo que se está parando.
-¿Cómo?-Pregunto aterrorizada.
Y de repente se para. Dios, ¿no podía pararse sin estar yo dentro? Aunque mirándolo bien, la compañía no podía ser mejor.
-No me lo puedo creer.-Digo yo mientras llamo corriendo a mi madre. Menos mal, tengo cobertura. Bien, lo ha cogido.
-¡Mamá! ¡Que me he quedado encerrada en el ascensor!
De repente sólo se oye una voz muy rápida al otro lado del teléfono.
-Vale, no te preocupes.-Y cuelgo.-¿Tú no avisas a nadie?
-Que va, hoy comía sólo. Y como llame a mis padres, los voy a preocupar sin motivos, dentro de un rato habremos salido.
-Ya, tienes razón. Esperemos que sea poco tiempo el que estemos aquí. Le tengo un poco de respeto a los sitios pequeños y sin ventilación.
-Vamos lo que viene a ser la claustrofobia. Ja ja. Por cierto, me llamo Marcos.
-Yo Amanda.
-¿Vienes del instituto?-Pregunta él con la misma sonrisa que puso antes en la puerta del ascensor.
-Sí, ya por fin terminé.
-Me alegro, espero que pases un buen verano.
-Gracias, tú también.
-La verdad es que pareces mayor. No parece que vayas al instituto la verdad. Pero la mochila te delata.
-Jajajaja. Me lo dice mucha gente, la verdad.
-¿Y qué, dónde vas a pasar las vacaciones?
-Pues, iremos a la playa con mis primos, ¿y tú?
-Pues me voy de viaje.
-¿Ah sí? ¿A dónde?
-Todavía no lo sé. Me van a dar una sorpresa.
-¿Tu novia no?
-Que va, si no tengo.-Ríe él.
-Uy, siempre metiendo la pata.-¿Por qué no me callo la boca? Qué vergüenza. Me estoy poniendo roja. Dios...
-No te preocupes.-Y pone esa sonrisa de antes. ¿Quiere volverme loca con esa sonrisa? Porque lo está consiguiendo. Uy...silencio. Ese silencio tan incómodo que te encantaría salir corriendo. Que hable por favor que hable.
-¿Y te ha quedado alguna?-Me pregunta mirándome.
Gracias.
-Qué va. He terminado bastante bien.
-Me alegro. Yo no era de sacar muy buenas notas.
-¿Qué estás haciendo tú?
-Segundo de carrera.
Universitario... ¿Le falta algo a este chico?
-¿De qué?
-De Psicología.
-¡Yo también quiero estudiar eso!-Dios mio, pero si es que es perfecto.
-¡Qué casualidad!
-Pues sí la verdad. ¿Y cómo te va?
-Pues bastante bien, me alegro de haber escogido esto.
De repente empezamos a hablar de un montón de cosas y cuando me quise dar cuenta se escucharon voces fuera del ascensor.
-Bueno parece que nos van a sacar ya.-Dice él con una cara de no tener muchas ganas de que ocurriese eso.
Dios mío, que me da algo.
-Pues sí. He pasado un rato muy agradable.
-Yo también, espero que podamos continuar pronto con la conversación.
¿Me ha dicho de quedar o me lo está pareciendo a mí?
-Claro, cuando tú quieras.-Le digo sonrojándome.
-¿Me das tu número y te llamo?
¡¡Me está pidiendo mi número de teléfono!! Esto no me puede estar pasando a mí. Es demasiado bonito para ser verdad. De repente empiezo a notar cómo se me encienden las mejillas.
-Claro, apunta.
Y le digo mi número. ¡Me va a llamar!
-Apuntado. Te llamaré pronto.
Y me sonrojo. Creo que no se ha dado cuenta. ¿O sí? Y se abre la puerta del ascensor.
-¿Estáis bien?-Pregunta un hombre gordo, con barba ya grisácea y el típico mono azul. Tiene cara de pocos amigos.
-Sí, muchas gracias.
-Venga, que os ayudo a salir.
Nos hemos quedado atrapados entre dos plantas y tenemos que salir por la parte de arriba del ascensor.
-Tú primero.-Me dice él.
Éste me agarra por la cintura y me impulsa hasta que el técnico me coge la mano. Noto como se me acelera el corazón y se me pone la piel de gallina. Antes de darme cuenta está fuera del ascensor. ¡Qué agilidad!
-Bueno, nos vemos pronto Amanda.-Me dice con una sonrisa.
-Claro, espero que sea pronto.-Le contesto con otra sonrisa.
-¿Amanda estás bien?-Pregunta un poco desquiciada mi madre.
-Sí mamá estoy bien.-Le contesto yo.
-Vamos a casa, que tenemos que hablar de algo.
¿De qué querrá hablar mi madre? No entiendo nada. No sabría describir su cara ahora mismo. Está entre sorpresa, tristeza y alegría. Es una mezcla algo extraña. Miro a Marcos y le digo adiós con la mano. Él hace lo mismo. Yo me sonrojo y me doy la vuelta. Pronto llegamos a la puerta de mi casa. Mi madre me mira muy seria y empieza ha hablar.
-Entra y por el amor de Dios, no te pongas echa una furia, papá y tu hermana están en casa.
-¿Hecha una furia por qué?-Le pregunto extrañada.
-Hay una persona en casa que quiere hablar con vosotras.
-¿Con Silvia y conmigo?
-Sí. A sí que tranquila ¿vale?-Me ruega mi madre.
-Vale, tranquila.
Cuando entro en el salón mi padre y mi hermana están sentados en el sofá, pero cuando me giro un poco más veo a un hombre sentado en el sillón beis. Tiene el pelo canoso, esta gordo y va vestido de traje de chaqueta. Un traje negro con una blusa blanca y corbata negra. Tiene cara de pocos amigos. Cuándo me ve me examina de arriba a abajo. Cuando lo miro más, veo que tiene un cierto parecido a mamá.
-Hola.-Digo de pie en el salón.
-Hola cariño.-Dice mi padre.
-¡¡Hola Ami!!-Grita mi hermana.
-Amanda, este es Arturo.-Dice mi madre mientras se acerca a mi padre.
-Hola.-Digo mientras le miro.
-Hola.-Contesta él serio mientras me observa.
-Es tu abuelo.-Dice ella.
¿Cómo?¿Mi abuelo?¿Este hombre? Pero si no he sabido nada de él nunca. Jamás me han hablado de él. Siempre que le preguntaba a mi madre sobre mis abuelos, ella cambiaba de tema. Pensaba que murieron. No sé que decir.
-¿No dices nada?-Pregunta mi padre algo preocupado.
-No, es que me he quedado boquiabierta.
-Lo imagino.-Contesta mi abuelo. MI abuelo...
-Tu abuelo quiere deciros una cosa a ti y a tu hermana cielo.-Dice mi madre.
-Quiero que tú y tu hermana vengáis a pasar el verano conmigo.-Dice él sin mover un ápice el rostro.
-Eh... yo es que...
No se qué decir.
-No tienes que ir si no quieres.-Dice mi madre con el rostro amable.
-Pero ya teníamos planes ¿no?-Pregunto yo.
-Sí, pero los cambiaremos si eso es lo que tu quieres.-Dice mi padre.
Mi abuelo no hablaba, sólo nos miraba a mi y a mi hermana. Hubo un momento en el que su rostro mostró ternura. Pero no duró ni un segundo.
-¿Queréis que vaya?
-A mi me gustaría que fueses y que conocieses tus raíces.-Dice mi madre.
-Entonces iré mamá.-Digo mientras me acerco y le doy un abrazo.
-¡Qué bien!¿Cuándo nos vamos?-Pregunta Silvia que no cabe en su gozo.
-Tranquila cariño. Ahora os lo dirá tu abuelo.-Dice mi padre.
-Pues me gustaría que vinieseis lo antes posible. Mañana mismo.
-¿Mañana?-Pregunto yo. Es demasiado pronto.
-Sí, tengo asuntos que resolver allí y necesito volver pronto.
-Bueno... pero... está bien.-Me resigno.
-Mañana a las ocho estaré aquí para buscaros.-Dice mi abuelo mientras se levanta del sillón. Se despide de mi padre y de mi padre. Le revuelve el pelo a mi hermana y se dirige hacia mi y me da la mano. Un gesto algo extraño para mi.
-Arturo,¿a dónde vamos a ir?-Pregunto con algo de miedo por su gesto serio.
Él me mira fijamente.
-Es verdad, no os lo he dicho. Nos vamos a Bristol.
-¡¿A Bristo?! ¡¿Inglaterra?!-Pregunto yo. No quepo en mi asombro.
-Sí.-Contesta seco.
Se dirige hacia la puerta y vuelve a despedirse con un simple hasta mañana y cierra a puerta. Yo me vuelvo y miro a mi madre. Esta hace un gesto como para que vuelva al salón. Cuando me siento me explica que mi abuela había convencido a mi abuelo para que viniese para que pasáramos el verano con ellos. Que nosotras no habíamos sabido nada de ellos porque se enfadaron con ella porque se casó con mi padre. Pero no quiso darme mas detalles. Quiere que descubra mis raíces por mi misma. Parece preocupada, pero se que está feliz. Se le nota en los ojos. Mi padre también lo está. Cuando terminamos con la conversación me dirijo a mi cuarto y empiezo a sacar ropa. Mi madre viene en un rato con dos enormes maletas azul marino y otra de mano. Juntas empezamos a preparar las cosas. Por la tarde llamo a mis amigas para contarles lo sucedido. Me dicen que es increíble como unas once veces.Será todo el verano. Y mientras cuelgO el teléfono Me queda mirándolo y de repente Me acuerdO. ¡Marcos! No veré a Marcos en todo el verano. No puedo creerlo. No me ha acordado de él en todo el día. Mientras miro el móvil este suena. Es un SMS. Cuando veo de quién es me decepciono. Es Sara, me felicita por lo ocurrido. Decido no decirle nada a Marcos. Será lo mejor. Espero que no me mande ningún mensaje ni que me llame. Además no creo que lo haga.
Antes de darme cuenta entre tanto ajetreo, dan las diez de la noche. Ceno y cuando me aseguro de que todo está en orden, me meto en la cama después de despedirme de mis padres. Cuando estoy apunto de dormirme, mi puerta se abre.
-Ami... ¿estás dormida?-Pregunta Silvia en voz baja.
-No cariño, entra.
-¿Estás nerviosa?
-Claro, ¿tú no?
-Sí, y mucho. ¿Cómo crees que será la casa del abuelo?
-Pues no lo se Silvi, pero seguro que nos encantará.
Mi hermana pequeña es increíble. Para tener siete años es demasiado espabilada.
-¿Puedo dormir contigo?
-Claro, sube.
Mi hermana entra en mi cama y se acurruca a mi. Pronto se duermen.Pronto me quedo dormida pensando en el verano. Pienso que será aburrido. Y en cómo será mi abuela. Pero lo que yo no pienso ni por asomo, es lo espectacular, increíble e inolvidable que éste será.
-Hola.-Digo de pie en el salón.
-Hola cariño.-Dice mi padre.
-¡¡Hola Ami!!-Grita mi hermana.
-Amanda, este es Arturo.-Dice mi madre mientras se acerca a mi padre.
-Hola.-Digo mientras le miro.
-Hola.-Contesta él serio mientras me observa.
-Es tu abuelo.-Dice ella.
¿Cómo?¿Mi abuelo?¿Este hombre? Pero si no he sabido nada de él nunca. Jamás me han hablado de él. Siempre que le preguntaba a mi madre sobre mis abuelos, ella cambiaba de tema. Pensaba que murieron. No sé que decir.
-¿No dices nada?-Pregunta mi padre algo preocupado.
-No, es que me he quedado boquiabierta.
-Lo imagino.-Contesta mi abuelo. MI abuelo...
-Tu abuelo quiere deciros una cosa a ti y a tu hermana cielo.-Dice mi madre.
-Quiero que tú y tu hermana vengáis a pasar el verano conmigo.-Dice él sin mover un ápice el rostro.
-Eh... yo es que...
No se qué decir.
-No tienes que ir si no quieres.-Dice mi madre con el rostro amable.
-Pero ya teníamos planes ¿no?-Pregunto yo.
-Sí, pero los cambiaremos si eso es lo que tu quieres.-Dice mi padre.
Mi abuelo no hablaba, sólo nos miraba a mi y a mi hermana. Hubo un momento en el que su rostro mostró ternura. Pero no duró ni un segundo.
-¿Queréis que vaya?
-A mi me gustaría que fueses y que conocieses tus raíces.-Dice mi madre.
-Entonces iré mamá.-Digo mientras me acerco y le doy un abrazo.
-¡Qué bien!¿Cuándo nos vamos?-Pregunta Silvia que no cabe en su gozo.
-Tranquila cariño. Ahora os lo dirá tu abuelo.-Dice mi padre.
-Pues me gustaría que vinieseis lo antes posible. Mañana mismo.
-¿Mañana?-Pregunto yo. Es demasiado pronto.
-Sí, tengo asuntos que resolver allí y necesito volver pronto.
-Bueno... pero... está bien.-Me resigno.
-Mañana a las ocho estaré aquí para buscaros.-Dice mi abuelo mientras se levanta del sillón. Se despide de mi padre y de mi padre. Le revuelve el pelo a mi hermana y se dirige hacia mi y me da la mano. Un gesto algo extraño para mi.
-Arturo,¿a dónde vamos a ir?-Pregunto con algo de miedo por su gesto serio.
Él me mira fijamente.
-Es verdad, no os lo he dicho. Nos vamos a Bristol.
-¡¿A Bristo?! ¡¿Inglaterra?!-Pregunto yo. No quepo en mi asombro.
-Sí.-Contesta seco.
Se dirige hacia la puerta y vuelve a despedirse con un simple hasta mañana y cierra a puerta. Yo me vuelvo y miro a mi madre. Esta hace un gesto como para que vuelva al salón. Cuando me siento me explica que mi abuela había convencido a mi abuelo para que viniese para que pasáramos el verano con ellos. Que nosotras no habíamos sabido nada de ellos porque se enfadaron con ella porque se casó con mi padre. Pero no quiso darme mas detalles. Quiere que descubra mis raíces por mi misma. Parece preocupada, pero se que está feliz. Se le nota en los ojos. Mi padre también lo está. Cuando terminamos con la conversación me dirijo a mi cuarto y empiezo a sacar ropa. Mi madre viene en un rato con dos enormes maletas azul marino y otra de mano. Juntas empezamos a preparar las cosas. Por la tarde llamo a mis amigas para contarles lo sucedido. Me dicen que es increíble como unas once veces.Será todo el verano. Y mientras cuelgO el teléfono Me queda mirándolo y de repente Me acuerdO. ¡Marcos! No veré a Marcos en todo el verano. No puedo creerlo. No me ha acordado de él en todo el día. Mientras miro el móvil este suena. Es un SMS. Cuando veo de quién es me decepciono. Es Sara, me felicita por lo ocurrido. Decido no decirle nada a Marcos. Será lo mejor. Espero que no me mande ningún mensaje ni que me llame. Además no creo que lo haga.
Antes de darme cuenta entre tanto ajetreo, dan las diez de la noche. Ceno y cuando me aseguro de que todo está en orden, me meto en la cama después de despedirme de mis padres. Cuando estoy apunto de dormirme, mi puerta se abre.
-Ami... ¿estás dormida?-Pregunta Silvia en voz baja.
-No cariño, entra.
-¿Estás nerviosa?
-Claro, ¿tú no?
-Sí, y mucho. ¿Cómo crees que será la casa del abuelo?
-Pues no lo se Silvi, pero seguro que nos encantará.
Mi hermana pequeña es increíble. Para tener siete años es demasiado espabilada.
-¿Puedo dormir contigo?
-Claro, sube.
Mi hermana entra en mi cama y se acurruca a mi. Pronto se duermen.Pronto me quedo dormida pensando en el verano. Pienso que será aburrido. Y en cómo será mi abuela. Pero lo que yo no pienso ni por asomo, es lo espectacular, increíble e inolvidable que éste será.
No hay comentarios:
Publicar un comentario